technology, pressure, lead set, printing house, barmbek, museum of work, hamburg, project, printing house, printing house, printing house, printing house, printing house

¡Mecagoenlahostiaputa, qué chungo es esto, coño!

Autopublicar o no publicar. Esa es la cuestión. La decisión no ha sido difícil. Lo que sí ha sido (está siendo) jodido es todo lo que conlleva hacerse autor independiente. Esto es: convertirme en autor/editor. Podía haberlo hecho fácil, publicando con Amazon, promocionándome por Instagram y a tomar por culo. Pero no. Me va el mambo, aparentemente. Mira, esto ya está en marcha y a mí no me para ni dios. Sobre todo después de todo el estrés y ansiedad que me ha llevado montarlo todo. 


Para el que esté interesado en ser autor independiente (publicar sin editorial tradicional) voy a hacer un resumen pormenorizado de todo lo que he tenido que hacer para llegar a donde estoy (tengo que contar mis penas al mundo). Si te la suda el mundillo de la autopublicación, puedes pasarte por mi tienda y agenciarte una copia en papel de Mis mierdas y dejar de leer aquí. 


Para los que seguís aquí, lo que voy a escribir a continuación no es, ni mucho menos, una disuasión para que olvides la idea de publicar de manera independiente. De hecho, contraintuitivamente, es todo lo contrario. Si yo, que soy un puto negado para todo lo relativo a la informática, que me da ansiedad suscribirme a servicios de pago online, que me abruma la absurda variedad de empresas de lo mismo ahí fuera, lo he conseguido, tú, que sin duda eres más inteligente y ducho en  materias ordenadorísticas que un servidor, te lo chanas con la punta la… nariz. Te presento mi pesadilla de estos últimos meses:


¿Quieres ser autor independiente y que te lean? ¿Preparados, listos…?

Lee tus mil relatos guardados en discos duros perdidos y deprímete con su mediocridad.

Rescata los que merecen ser compartidos y leídos. Edítalos. Envíalos a tus lectores cero para que te hagan una crítica constructiva. Acepta la crítica y vuelve a editar. Repetir cuantas veces haga falta. 

Recopila los que han quedado mejor. Crea una colección que puedas regalar como imán de lectores.

Decide el orden de los relatos. Hasta aquí, todo lo fácil. La tortura viene ahora.


Maqueta el libro. En mi caso, después de probar muuuchos programas que hacen la maquetación automáticamente (KDP, IngramSpark, D2D, Reedsy…) y llevarme una horrible decepción con todos ellos, tocó decidir si aprendía a usar InDesign o Scribus para maquetar yo mismo el libro o contrataba a alguien en Fiver para que lo hiciera. Lo segundo. Consejo: contrata a alguien que domine algún idioma que tú también domines. Maghchich, el compañero marroquí al que contraté, por un módico precio, ha aparecido en mis peores pesadillas en una especie de Lost in Transaltion de terror castizo-magrebí. Después de una semana de tiras y aflojas, de no entendernos, de gritar a la luna con rabia contenida, conseguimos un buen resultado (aunque yo sea un poco más calvo a día de hoy).


Diseña la portada, contraportada y lomo. Gracias, Canva. Esta parte ha sido hasta divertida. Compartí el trabajo con mi compañera Eva, la cual ha sufrido igual o más que yo (me ha tenido que aguantar) durante el proceso. Contento con el diseño final.


Registra tu libro en el registro de la propiedad intelectual (opcional) en el Registro de tu provincia (13€). Alternativamente, puedes asignar a tu trabajo una licencia Creative Comons.


Pide ISBN para los libros. Uno para la versión electrónica y otro para el de papel. 45€ cada uno. 90 pavazos los dos. Eso sí, si decides ir exclusivamente con KDP, IngramSpark, D2D, Lulu o cualquier otra empresa de autopublicación, puedes obtener ISBN «gratuitos» de mentirijilla (solo válidos en sus plataformas). Menos pro, pero menos curro (y pasta).


Haz el Depósito legal. Pídelo a la biblioteca central de tu Comunidad autónoma. Cuando lo tengas, imprime cuatro libros y deposítalos en la biblioteca (lo normal es mandar las pruebas de impresión y así aprovecharlos).


Mientras, busca la imprenta/editorial que más te convenga. Explora KDP (Amazon), IngramSpark (distribución a librerías), Bookvault, Lulu, Bubok, D2D, Google Play Books, Apple Books, Kobo Writing Life, Bookfunnel, Story Origin… La lista es infinita. Elige lo que te convenga por precio de impresión de cada libro, calidad de la impresión, precio de envío, regalías que te llevas por cada venta, distribución amplia, etc. Saca la calculadora y haz muchas sumas y restas y multiplicaciones y divisiones. Sube tu libro a las plataformas (conlleva su trabajo) y pide pruebas de impresión para acabar de decidir. Llévate una sorpresa cuando tengas que pagar a la cartera de Correos un cargo extra de aduanas para recibir uno de tus propios libros porque viene de fuera de la EU (en mi caso de UK, mi propio país). Elige el que más te guste (donde también dependerá el precio de cada copia y todas las variables mencionadas arriba).


Aprende cómo se pagan los impuestos, esos enemigos de la humanidad según los neoliberales, de los libros que aún no has vendido (IVA 4% para libros). Vuélvete loco, duda si tienes que hacerte autónomo, si puedes seguir trabajando como empleado, si tienes que declarar tus regalías a hacienda, si… Mil preguntas te harás (y con razón). Mucho YouTube, mucho blog, mucho intelné.


Prepara una estrategia para tu primer libro. ¿Lo vas a regalar para atraer lectores? ¿Lo vas a vender barato? ¿Lo sacarás en papel, además de en eBook? ¿Lo venderás por redes, en Amazon, en persona, en ferias, en la librería de tu barrio, en la tienda online de tu web? Dale vueltas a esto hasta que se convierta en una obsesión y la migraña se sienta como en casa en tu coco.


Búscate una buena empresa de mailing para poder crear una lista de emails y así mantener a tus potenciales lectores informados de tus futuras publicaciones (están MailChinp, Kit, Mailerlite…). Piensa cómo vas a coleccionar esos mails. Quizás regalando tu libro en digital… todo esto lo tendrás que configurar en tu web de escritor (¿¡cómo, web de escritor!? Sí, web de escritor). Te dará algún que otro dolor de cabeza automatizar los mails de bienvenida, los envíos/descargas del libro, y todas esas cositas que en la vida normal del humano medio nos la sudan.


Mientras, ¡ahá!, crea tu página web de escritor (busca hosting y dominio a medida de tu cartera). Decide cómo vas a construir tu web. Si quieres tener una tienda donde vender tus libros, necesitas plugins (apps) para que todos los servicios que has contratado se integren con la web. Aquí empieza la verdadera pesadilla. Porque yo he construido mi web con WordPress (no conocido por sencillez para el usuario). He llorado cada día editando la puta web. Después de cientos de horas ante las pantallas, de decenas de tutoriales de YouTube, sigo sin entender una mierda. Parece que lo hicieron complicado aposta. Y cuando te metes a configurar la tienda de Woocommerce… mis lágrimas fueron de bilis. Muchas integraciones, muchas pruebas, muchos fallos. He tenido que usar código, yo, escritor de ficción, para subsanar fallos y bugs. Mecagoenlahostiaputa, qué chungo es todo esto, coño.  ¿Podría haber contratado a alguien que lo hiciera por mí? Sí. ¿Por qué no lo hice? Porque soy gilipollas. Ahora entiendo por qué hay gente que se dedica profesionalmente a esto. Sobre todo entiendo por qué la peña paga por este servicio. Al menos he aprendido mucho (o no, ¡yo qué sé!).


Y cuando por fin crees que lo tienes todo, algo fallará. Y lo arreglarás. Y otra cosa se romperá. Y lo arreglarás. Y te darás cuenta de que no has empezado a promocionar tu libro por redes… ¿Os he contado lo mucho que me gustan las redes sociales? Tanto como cagar en una discoteca cuando estás de fiesta.

En fin. Comprad mi libro.


Un abrazo,

Dave.

2 comentarios en “¡Mecagoenlahostiaputa, qué chungo es esto, coño!”

  1. very funny! and informative. Is the ‘subsribe’ button working for the blog? If it is I’m subsribed. If it isn’t, let me know.

Deja un comentario